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CARMEN RAMOS
Gibraleón, 1968. Economista de profesión. Algunos de sus poemas vieron por primera vez la luz en blogs, bitácoras y antologías y ha colaborado en algunas revistas digitales. Ha participado en eventos como Cosmopoética, Feria del Libro de Sevilla, Encuentro de Escritores Verdes en Moguer o la Feria del Libro de Granada. La plaquette “Mudanza Interior” (Ediciones en Huida, 2010) fue su primera publicación en solitario a la que han seguido los poemarios “Poliédrica” (Ediciones en Huida, 2011) y “Las estrellas han hallado otra forma de morir” (Guadalturia Ediciones, 2013) libro por el que fue candidata al Premio Andalucía de la Crítica 2013. Una colección inédita de microrrelatos titulada “Mundo (más de 20 maneras de lavarse las manos)” fue seleccionada en 2013 para el Proyecto Novos dentro del Festival “Coruña Mayúscula”. Esta primavera ha organizado en Gibraleón (Huelva) el Taller de iniciación a la poesía “La voz a ti debida” en colaboración con la Abacería Vinoteca “De Blanco a Tinto”. Intenta mantener vivo el blog Poliédrica (http://poliedroautodual.blogspot.com).
LUGARES COMUNES. CULTURA DE MASAS.
El mundo: esta casa tan grande.
Al otro lado, quien sabe si probablemente Australia,
alguien está sintiendo la pulsión del mar. Al igual que yo.
Alguien está escribiendo “terror de tu veneno” en un sufrido poema de amor.
Alguien ha sido besado y siente el temblor infinitesimal de su labio superior.
Respiramos.
Alguien al otro lado del mundo.
Hay quien asegura que la poesía no es cultura de masas.
De Mudanza Interior (Ediciones en Huida, 2010)
LAS CASAS DORMIDAS
Tantas veces oído el mismo sonido
(desde la Calle Carmen hasta hoy)
Es el familiar clic que hace la llave al cerrar
y hoy sabes que será el último.
Duerme la casa,
envuelta en un velo de polvo.
Las paredes aparecen desnudas,
la cocina vacía. No hay platos.
Una última bolsa que tirar.
Todo cerrado.
Y ahí quedan enmarañados en sus tabiques los buenos momentos,
las risas que colgaron de las lámparas.
Arrastraremos por siempre,
como la cola de un traje de novia,
todos aquellos recuerdos de la vieja casa, la casa dormida.
Un último vistazo deserta suspendido en el aire,
un suspiro encogiendo el diafragma
y una sonrisa, furtiva, enmarca las esquinas.
Cierras los ojos, apoyas la cabeza en la puerta.
Clic.
De Mudanza Interior (Ediciones en Huida, 2010)
COSAS SOBRE LAS QUE NUNCA PODRÉ ESCRIBIR
Hay ciertas cosas sobre las que nunca podré escribir.
Por ejemplo:
El perfil aguileño de mi abuelo Francisco.
Las tardes de cuentos con mi tío Manolito.
La sonrisa con los ojos de mi abuela Luisa.
La gaseosa de la mano de Mauricio.
Los nervios antes de un examen de Gregorio.
El último mail de Vicente.
El olor a barbería en el regreso de mi padre a casa.
De nada de esto podré nunca hablar.
Y no es que me duela o sienta pudor, no.
Es que al convocarlas ante el papel
me siento como cuando era chica
y me quitaba las postillas de las rodillas
y la pequeña heridita volvía a sangrar.
De “Poliédrica” (Ediciones en Huida, 2011)
LAS ACERAS DE LOS LUNES
Las aceras de los lunes son
pastosas y saladas como
las sopas de sobre.
Son como ciénagas donde
se pierden sumergidas las
llaves de los coches.
Donde los pasos se hunden
y nos impiden correr para
alcanzar el autobús.
Los enamorados se
alejan de ellas para
besarse.
Y ni se dejan ver los gatos
caminando elegantes
por sus bordillos.
Y es que en las aceras de los lunes
se marchitan la flores
que sembramos los domingos.
De “Poliédrica” (Ediciones en Huida, 2011)
LUDOPATIA VITAL
Alguna vez alguien
mirándome a los ojos
con sincera fraternidad
me ha recordado
lo afortunada que soy,
que todos mis deseos
se han cumplido.
Sí, claro – pienso yo –
como si la vida fuera una máquina tragaperras.
De “Las estrellas han hallado otra forma de morir” (Guadalturia Ediciones, 2013)
LO FÁCIL
Lo fácil hubiera sido ir de la mano de la queja,
embozarnos con la capa del desengaño.
Eso nos hubiera dejado menos arañazos.
Eso sería lo fácil.
Lo difícil fue hacerte, dolor, un cuarto propio.
De “Las estrellas han hallado otra forma de morir” (Guadalturia Ediciones, 2013)
LA NIÑA
Para Julia,
a quien prometemos
firmemente
no volver a aburrirla
nunca más.
La niña
Llora
Patalea
Se enfada
No quiere subir al carrito
Todo lágrimas y mocos.
Quiere
Correr
Reír
Chillar
Perseguir a las palomas.
Jugar
Ese primer acto de rebeldía
Que aprendimos de los pájaros.
De blog “Poliédrica”