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Francisco Vélez Nieto
Camino de piedra azul. Almudena Tarancón. Ediciones En Huida 2018
He seguido, desde un tiempo el tránsito del deseo y la constancia poética de Almudena Taráncón, su decisión de asumir absoluta entrega para dignificar con esmero la palabra poética, el sentir por dentro y fuera el reconocimiento de una permanencia imposible, pues todo pasa, aunque algo pueda subsistir en su andar poético de cantado desasosiego, fervor y espacio. Representar con la memoria el ayer en el presente.
“Ayer/ aprendí sola a mantener el equilibro sobre dos pies, / sobre dos ruedas. / Hoy / funambulista sobre un pensamiento, me encuentro a mí misma / en armonía entre mis sentimientos y la desnudez de un verso.”
Nos encontramos ante una poesía intimista de la que brota un cierto desazón que marca los tres tiempos de una vida, desde el interrogante que nace por el natural principio de ser, desarrollo y final del caminar hacia la lucha constante envuelta en la pátina amorosa del desencanto, aunque se mantiene como placer y dolor de la existencia vivida en todas sus facetas de gozo y agitación.
“Hay certezas, dentro: / recuerdos, / el color de unos ojos, una voz, / mi vida por la tuya (ideal eterno), imágenes / inmarcesibles de incorpóreos.”
El palpitar poético desde la intimidad de su ser o no ser del tiempo vivido con versos a veces monosílabos y de una sola palabra, que no siempre cubren su misión rítmica de los interrogatorios, que van formando el espació poético de la obra. Un libro de poemas no lo componen ni conforman el número de páginas sino la calidad de las páginas cuyo contenido lo representa. La sencillez meditada de sus versos para adentrarse en lo existencial de su de su memoria y transcurrir, exigiéndose el mayor empeño en su obra y así lograr justa valía.
Llegó el momento
de no pedir más palabras
de buscar la serenidad del alma
en la dulce conversación con un niño.
Es hora
de alimentarse con la savia
que recorre las profundas raíces de los árboles añosos.
Una soledad natural gestada en el fondo de su propia experiencia marca toda ella en la lozana poética de la presentación de Almudena Tarancón, como tarjeta de palabra de visita, para que las puertas de la poesía se abran y pueda dar paso al sueño de su futuro proceso creativo.
Llegó el momento de callar, de encuadernar los sueños,
De adornar con ellos altísimos estantes.
Es hora
De enmarcar las caricias de ayer
Antes de que la piel, ajada, las olvide.
Llegó el momento de sonreír
A los ojos de la sombra cansada que me acompaña.
Llegarán tantos momentos…
Personalidad comprometida consigo mismo en una apuesta cargada de deseos creadores que prometen riesgo y constancia hacia una trayectoria, que tras el tiempo recordado en esta luz lírica tan sentida, doy por seguro que iniciará el sendero de las vivencias del presente.