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ANA PATRICIA SANTAELLA PAHLÉN
Nace en Córdoba. Estudió Trabajo Social. Ha coeditado la Antología poética, “Versos para derribar Muros”, de la editorial Los Libros de Umsaloua, y un disco de idéntico nombre a favor de Gaza.
Ha publicado en diversas antologías y revistas literarias, como: el Laberinto de Ariadna, Tres Orillas, Revista Internacional Bora, La Avispa, Raíces de Papel, etc.
Ha participado Encuentro Voces del Extremo “ Poesía y capitalismo “, en Moguer, 2.008.
Fue organizadora del Hermanamiento dedicado a la escritora cordobesa Concha lagos en Córdoba. Ha participado en la ponencia : Concha lagos, Obra poética y exilio, en la Universidad de Alicante.
La editorial cordobesa Ediciones de Papel le ha publicado Viajes de Nube y Sol y la Sonrisa del Manzano en 2014.
Con esta misma editorial, y junto a Inma Calderón han antologado: Andalucía en el Verso. Biznaga de poesía Andaluza, 2012.
Ha quedado finalista en el I Premio Internacional Albert Jovell de poesía, 2014.
EL TIEMPO DEL CENTENO
Tiempo adentro de la sangre
vendimian los cosechadores,
el mosto fermentado
y la abrigada sed
que desnuda a los pámpanos
encendidos de las uvas.
Labran con aperos la siembra,
el centeno y los girasoles amarillos.
El agua les retorna
al barro de la acequia,
bajo los rescoldos abrasados
del solsticio.
Cantan sin cesar las segadoras.
Cantan con la hoz
en la cintura,
y una increíble sonrisa
de menta y de trigales,
de brea y de centeno.
Vendimian
alma adentro los labriegos.
Cantan sin cesar las segadoras.
ÉTICA
El horizonte restringido de la ética
se atisba
cuando no llegamos hasta el final,
hasta apurar el cántaro y la brea,
el aullido y la sal.
Dejamos a medias
lo que hubiera sido
una realizada plenitud,
la compasión de la moral
en tiempos de cólera y zozobra,
y la propagación a la deriva
de la tristeza.
El miedo y la soledad acobardan
la recóndita fiereza
en un vergonzoso testamento de mudez.
Desandamos camino
por la agria avellana del crepúsculo.
Impedimos lo que la suela del zapato
hubiera ansiado recorrer,
lo que la boca sin demora
hubiera querido pronunciar.
PALABRAS INSERVIBLES
No quiero las palabras inservibles.
Las que desfiguran al mundo,
las que nada nombran.
Las que huyen
en el horizonte cobarde de la boca,
las que no miran de frente
y adrede bajan la mirada.
Las que esquivas se fugan
por la neblina frondosa
de las traiciones.
Las que no son fulgor,
ni espiga ni brizna,
ni hebra de luz
sobre candiles.
Las que no desafían a la nieve,
ni ablandan la extrema
dureza de las rocas.
Las que saben a seco
y se quiebran
con sólo mencionarlas.
Las que no alumbran
ni cauce dan ni caudal
ni puente enredadera.
Y a perpetuidad nos sellan los labios,
porque son, usura,
mentira o desengaño.
EL CRISTAL NO SIRVE
El cristal no sirve
para cubrir la lluvia.
Hay que salir campo a través,
salir a pecho descubierto,
tocar las nubes de tormenta.
Como quien toca
La incierta faz de la doblez.
Porque el amor
Es un largo terrón de azúcar
que contiene diminutos granos de sal
en sus paredes.
Y besa y atormenta,
y atiende y desatiende,
y crea descreando.
Haz de vivirlo a solas y en ayunas
desde tu sincera historia personal.
A flor de sangre, a flor de herida
para después sin protección
escribir un poema veraz,
voraz
bajo la lluvia.
Fotografía de Nicolas Raymond
Con cesión de derechos de autor