ARIAS MONTANO Y LOPE DE VEGA
José Antonio López Rodríguez. Pontevedra.
Arias Montano con el hábito de Caballero de Santiago, reposa en el Panteón de sevillanos ilustres, al haber nacido en Fregenal que entonces pertenecía a Sevilla.
Lope de Vega, el Fénix, fue uno de los dramaturgos más importantes del siglo de oro y uno de los más prolíficos de la literatura universal. También fue, entre otras muchas cosas, sacerdote como Arias Montano.
Sobre Benito Arias Montano dice el profesor Belda Plans (Benito Arias Montano, Estudio crítico, Biblioteca Virtual de Polígrafos 2017), que “estamos ante un coloso de la cultura del siglo de oro que lo dio todo por España, por la Iglesia y por la Ciencia.”
En el siglo de oro hubo personajes destacados a los que se acusó de tener “orígenes” judeoconversos como si el haber tenido entre sus ancestros algún antepasado de religión judía constituyera una característica transmisible por vía hereditaria. En realidad se les acusaba de tener “sangre judía” y por eso se instruían expedientes de “limpieza de sangre”.
La acusación era aun más perversa cuando se utilizaba para neutralizar al que se apartaba de la ortodoxia, como fue el caso, pues Arias Montano, que fue capellán de Felipe II, nunca fue acusado de “judaizante”.
Arias Montano y su amigo Fray Luis de León fueron denunciados por el catedrático salmantino León de Castro por infringir un Decreto del Concilio de Trento sobre la exclusividad interpretativa de la Biblia Vulgata.
Arias Montano se libró de la cárcel y el Papa autorizó su cuestionada Biblia Regia quedando así libre de toda sospecha. No así el pobre Fray Luis, que tras pasar duros años en la cárcel de Valladolid, fue absuelto. Aclamado en su primera clase tras ser rehabilitado en su cátedra salmantina, cuando todos esperaban que se desquitara contra quienes le habían denunciado falsamante, con humildad cristiana sus primeras palabras fueron el famoso “decíamos ayer…”
Fue Benito Arias Montano caballero de la Orden de Santiago y su biografía publicada por la Real Academia de la Historia, acredita que era de familia hidalga de la baja nobleza de cristianos viejos y que su padre era notario del Santo Oficio de la Inquisición.
A pesar de eso y de que lo de la limpieza de sangre hoy está por suerte superado, existe un revisionismo histórico que se empeña en colgar nuevamente el sambenito a personajes como Arias Montano sin que se sepa muy bien que se quiere decir con lo del “origen judeoconverso”.
Y todo en base a hipótesis y sin pruebas admitidas por todos pues como digo, la biografía de la Academia de la Historia afirma lo contrario.
Entre otros argumentos se ha recurrido a un terceto de Lope de Vega sacándolo de contexto para darle un significado que en principio no tiene.
Forma parte de la “Epístola al Contador Gaspar de Barrionuevo” que era amigo de Lope de Vega y al que el poeta aconseja que deje la costa y disfrute de la gastronomía del interior y del jamón presuto (jamón curado) de marrano español (de cerdo ibérico).
Jamón presuto era el jamón al que se había sacado la humedad, del latín praesuctus. Hasta finales del siglo XV la pata del cerdo se llamaba pernil presuto. Después adoptamos el término jamón derivado del francés “jambon” eliminando el adjetivo. En otras lenguas romances se prescindió del sustantivo y así en italiano es prosciutto y en portugués presunto.
Las rimas anteriores y posteriores al tan traído y llevado terceto de Lope de Vega son las siguientes:
“Cansaos de tanto mar, que aquestas damas
dicen, viéndoos quedar allí el invierno,
que para pez os faltan las escamas.
Pan de Sevilla regalado y tierno,
masado con la blanca y limpia mano
de alguna que os quisiera para yerno;
jamón presuto de español marrano
de la sierra famosa de Aracena
a donde huyó del mundo Arias Montano;
vino aromatizado, que sin pena,
beberse puede, siendo de Cazalla…”
Por esas fechas fallecía el ilustre humanista Arias Montano a quien su amigo Lope de Vega dedicó estas rimas frente a su tumba:
“Aquí Montano reposa
de la Biblia Sacra un sol
un Jerónimo español
y un David en verso y prosa.
No se acabará jamás
aunque en estas losas cupo
que si muchas lenguas supo
son las que le alaban más”.
Este cuadro de autor desconocido, procedente del Convento de la Encarnación de Madrid y propiedad del Museo del Prado, puede contemplarse en el Museo Lope de Vega donde está en depósito por considerarse representativo de la vida del poeta que fue coetáneo y admirador del ilustre frexnense.
Américo Castro ya teorizó sobre el posible doble sentido del terceto sobre el jamón de cerdo ibérico de la sierra de Aracena.
Pero, tendría sentido que Lope de Vega insinuara que Arias Montano era “marrano” con la carga peyorativa que tenía en la época ese insulto, y a la vez elogiara al frexnense como lo hizo casi al mismo tiempo?
ARIAS MONTANO Y LOPE DE VEGA