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Como Agua Para Chocolate de Laura Esquivel
El enamoramiento es un estado de miseria mental en el que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.
José Ortega y Gasset
Laura Esquivel es una escritora y política mexicana. Es internacionalmente conocida por su obra Como agua para chocolate, traducida en más de treinta idiomas. Desde 2015 es diputada federal por el Movimiento de Regeneración Nacional.
Nos encontramos con un libro de una extensión pequeña, pero intenso. La novela se desarrolla en un rancho de un estado del Noreste de México, en el tiempo de la revolución. En este rancho la viuda y cabeza de familia Mamá Elena impone y ejerce su dictadura. El hembrismo (machismo ejercido por una mujer) es igual de cruel, degradante e injusto que el ejercido por el hombre. Todo lo que no sea la democracia, el consensuar, el compartir, el dialogo… lo impuesto, la cultura del sí porque lo digo yo es injusta y despiadada, proceda de donde proceda. En este aspecto, nos trae a la memoria la novela: La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, donde también triunfaba el matriarcado.
Aparece como tema triunfante de la trama los introyectos: el mecanismo por el cual las personas, desde que somos pequeños, integramos y hacemos como nuestras determinadas ideas y normas que pasan de generación en generación, sin tener la valentía y el coraje de cuestionarlas; y si las sabemos erróneas cambiarlas.
Debido a esos introyectos, a Tita la protagonista de la novela, se le exige que se quede soltera para cuidar de la madre. Se demanda, nuevamente, a la mujer el papel de cuidadora, cocinera, limpiadora… en definitiva: esclava. A lo largo de la historia lo más valorado son los esclavos, porque alguien tiene que hacer el trabajo deplorable y ese trabajo ha sido designado durante mucho tiempo a la mujer y nos está costando un esfuerzo titánico liberarnos de ese yugo. Al hombre no le interesa que la mujer deje de ejercer este papel porque él es el que sale fuera a triunfar.
Pedro, enamorado de Tita, al no poder casarse con ella, pues ésta está destinada de por vida a cuidar de su madre, se casa con Rosaura (hermana de Tita) para estar cerca de su enamorada. El personaje de Pedro es incongruente pues si bien ama a Tita hace vida normal con Rosaura y no lucha por su verdadero amor.
Por un incidente límite que sucede en sus vidas, la protagonista se enfrenta a la autoridad de su madre, y, finalmente, se libra de su opresión. En un principio, se siente desorientada, no sabía qué hacer en libertad; cuesta romper las relaciones, aunque vayan mal, cuesta arriesgarse.
Una vez en libertad a punto de contraer matrimonio con John Brown: un doctor viudo, culto y comprensivo; Pedro, como el perro del hortelano, que ni come ni deja, se entromete abortando el compromiso.
El libro sigue la estructura de las novelas clásicas: planteamiento, nudo y desenlace. Tiene un lenguaje sencillo y entrelaza la trama alrededor de la cocina, con hermosas recetas de comida típica mexicana. Utiliza mucho la hipérbole, la exageración: la imaginación vuela en muchas escenas, cruzando el límite de la realidad, y pasando a la fantasía.
Mª Loreto Sutil Jiménez