A la altura de la inteligencia

A la altura de la inteligencia

A la altura de la inteligencia

Por Antonio Guerrero

Suele creerse que la inteligencia es sólo un reducto analítico-matemático que sirve para medir a las personas por coeficientes y que la medida de la inteligencia es la medida de la excelencia. Eso dicen. Además a una persona que se le considera inteligente se le anima a seguir el camino de la ciencia o la tecnología y se la desvincula por completo de las humanidades. La razón es la base sobre la que se sustenta esta idea, un rasgo importante que ha sobrevivido a la posmodernidad y que viene de la antigüedad grecolatina. Desde luego la inteligencia nunca se asocia  actividades como la ética, y eso hace suponer que quienes lo creen así consideran que esa actividad surge por si misma sin la colaboración del intelecto. Parece que las humanidades son un  género mejor.  No obstante, y esto es mi percepción, no debe ser así. Si pensamos en el componente genético del ser humano admitiremos que de lo que se trata es de sobrevivir. Por ende la supervivencia estadísticamente está más garantizada si se produce  la protección de la comunidad. A mayor cohesión del grupo mayor supervivencia. Lo cual hace de esta tarea  una tarea inteligente. Dicho de otra forma una persona inteligente debe colaborar con el establecimiento de valores que hagan de la comunidad una estrategia para la longevidad de los individuos. Así la ética es un objetivo  de la inteligencia en lugar de un género menor. Y por eso, creo yo, la honradez, la sinceridad, la honestidad, son valores a la altura de la inteligencia. Por el contrario hay otros valores que no están a la altura. Serian estos: la falsedad, la hipocresía, la mentira, el rencor, el odio. Las personas son libres de elegir, pero saber elegir además de ser inteligente es lo que hace libres a las personas. En este caso elegir el rencor hace de las personas seres esclavos de sus emociones. Por el contrario  elegir la honestidad hace más libres a quienes pretenden vivir sin deudas morales. De lo que se trata es de sobrevivir y de usar la inteligencia para ello. No todo el mundo capta la importancia de esto y se contenta con la cerrazón.  Con esto hago una defensa de las humanidades, de la urgencia de asociarlas a la inteligencia porque hay que ser muy inteligente para captar su importancia. Dicho así los valores éticos son los que alargan la vida, porque alargan la vida de la humanidad a la que pertenecemos.

Sumario: La longevidad del individuo depende del grupo. Esa idea estrecha lazos entre inteligencia  y valores morales.

 

Image by Stefan Keller from Pixabay

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